«Una vez que se impuso el sistema métrico, también se vació esa espiritualidad, otorgando poder absoluto al catolicismo reinante en la mayoría de los países de Europa Occidental».
Durante los últimos dos años, he estado investigando sobre el sistema métrico y su relevancia como infraestructura subyacente que permite la continuación del capitalismo salvaje en el que estamos inmersos. El sistema métrico se creó en Europa en el siglo XIX, desde allí se impuso a sus colonias y posteriormente, al resto del mundo.
Este hecho provocó la desaparición de una multiplicidad de sistemas de medición propios de cada ciudad o pueblo, que además estaban ligados a ciertas creencias espirituales. Una vez que se impuso el sistema métrico, también se vació esa espiritualidad, otorgando poder absoluto al catolicismo reinante en la mayoría de los países de Europa Occidental. De este modo, el sistema métrico y el catolicismo impusieron un monoteísmo que aniquiló cualquier tipo de paganismo tanto en la ciencia como en el ámbito espiritual. Adicionalmente, existe una fuerte conexión entre algunos de los objetos, símbolos y acciones católicas en torno a la hostia consagrada, y la manipulación, limpieza y exhibición del Prototipo de Kilogramo de Platino-Iridio, comúnmente conocido como el «Gran K».
Nápoles fue una de las ciudades de Europa que se resistió al uso estandarizado del sistema métrico, manteniendo sus medidas (que eran numerosas y muy diversas) durante muchos años, incluso siendo Italia uno de los países firmantes de la «Convención del Metro». Además, Nápoles sigue siendo una de las ciudades con más templos católicos del mundo.
Estos factores hacen de esta ciudad una extraña mezcla, un espacio divergente, tenso, sostenido por estas dos instituciones verticales.
Mi proyecto consiste en una peregrinación de varios días visitando las iglesias católicas más importantes de Nápoles. Durante esas visitas y caminatas, realizaré una serie de acciones simples que conectan símbolos y ritos vinculados tanto a la hostia consagrada como al «Gran K».
Durante gli ultimi due anni, ho fatto ricerche sul sistema metrico decimale e sulla rilevanza che ha come infrastruttura sottostante che permette la persistenza del capitalismo selvaggio in cui siamo immersi. Il sistema metrico decimale è stato creato in Europa nel XIX secolo, da lì è stato imposto alle sue colonie e poi al resto del mondo.
Questo ha causato la scomparsa di una molteplicità di sistemi di misurazione specifici di ogni città o villaggio, che erano anche legati a particolari credenze spirituali. Una volta imposto il sistema metrico, anche queste credenze furono svuotate, dando il potere assoluto al cattolicesimo che regnava nella maggior parte dei paesi dell’Europa occidentale. In questo modo, il sistema metrico e il cattolicesimo imposero un monoteismo che annienta qualsiasi tipo di paganesimo sia nella scienza che nel regno spirituale. Considerando questa relazione tra misurazione e divinità, c’è una forte connessione tra alcuni degli oggetti, simboli e azioni compiute dalla religione cattolica intorno all’ostia consacrata per la comunione e la manipolazione, la pulizia e l’esposizione del prototipo del chilogrammo di platino-iridio, anche comunemente chiamato The Big K.
Napoli è stata una delle città europee che ha resistito all’uso standardizzato del sistema metrico decimale, mantenendo le sue misure (erano molte e molto diverse) per molti anni anche se l’Italia era uno dei paesi originali che hanno firmato la Convenzione metrica. Inoltre, Napoli è ancora una delle città con più chiese cattoliche al mondo.
Questi fatti fanno di Napoli una strana miscela, uno spazio divergente con una forte tensione tenuta da queste due istituzioni verticali.
Il mio progetto consiste in un pellegrinaggio di diversi giorni visitando le più importanti chiese cattoliche di Napoli. Durante queste visite e passeggiate, eseguire una serie di semplici azioni che intrecciano alcuni dei simboli e dei riti legati al cattolicesimo e i sistemi di misurazione.